Amándome… otra vez
9:18
No me di cuenta que tenía un
problema hasta que me sorprendí a mí misma detestando mi reflejo. Cada foto,
cada pose, e incluso buscar ropa me hacían sentir insegura, y terminaba
aborreciendo esas actividades. Me sentía insegura incluso delante de mi esposo.
¿Por qué? ¿Qué paso?
Quizá muchos puedan considerar la
imagen (proyección) personal como algo superficial. Pero creo que todo lo que
genere insatisfacción – sea externa o interna, no es superficial. Y no estoy
hablando de si eres flaca o gorda. Estoy hablando cómo te sientes contigo misma
en todos los aspectos. Qué realmente pasa con la autoestima y aceptación de la
mujer tras tener hijos.
Luego de mis dos embarazos, mi
cuerpo cambió radicalmente. Cambio tanto que solo verme en el espejo me parecía
de terror. Huía de los probadores. Y cuando me tomaban fotos, les pedía a mi
familia, amigos, etc que no la subieran o que la eliminara. O buscaba alguna
foto donde se me vea “menos gorda”. No me reconocía. Me vestía con ropa ancha,
casi no me maquillaba (y eso que lo amo), y era la última de mis prioridades.
Estos cambios externos, cambiaron
mi interior. no solo me trajo problemas de salud sino emocionales.Se reflejaba en mi modo de hablar, de proyectar, de vivir, en mi
sexualidad, y hasta en mi manera de pensar. Me he hecho una idea errónea de mí
ser. Me opaqué por compleo.
Si alguien me preguntaba dime algo
bonito de ti, me quedaba muda. ¿Cómo puedo ser bonita con estas estrías, con
esta barriga, y con esta celulitis? Pero…
Me ha costado darme cuenta que
somos más que cuerpo. Somos todo. Mente, cuerpo, alma, etc. Me ha costado mucho
esperar que alguien me diga: te ves linda, cuando la mejor porrista es una
misma. Me ha costado identificar cuáles son mis carencias y mis debilidades. Y
me sigue costando. Es un trabajo de largo camino.
Sumergirme en el papel de
madre/esposa/profesional había opacado completamente mi papel de mujer. Subí
mucho de peso comiendo todos mis miedos y ansiedades. Me cohibía porque no era
“lo suficientemente bonita ni buena”. Me llegué a detestar tanto por fuera como
por dentro.
Ya no se trata del peso, la
talla, la cara. NO. Se trata de aceptarme, y buscar mi proyección. Si una está
inconforme consigo misma no puede sentarse a llorar y pensar: espero que
alguien me haga sentir bien. Hay que salir a buscarlo. Hay que trabajarse. Una
es responsable de amarse y de su felicidad.
Es un viaje con altas y bajas
para amarse de nuevo. Si no te sientes bien con tu cuerpo, pues haz ejercicios.
Si no te sientes bien con tu pelo, pues renuévate. Si no te sientes bien con tu
manera de ser, busca ayuda. Todo cuanto hagas por ti, será un avance pero ¡Sal
a buscarlo!
Y como diría – y sonará graciosa
esta cita – mi querido Rupaul: Si no
puedes amarte a ti mismo, ¿cómo demonios puedes amar a alguien más?
¿Puedo obtener un amén...?
¡AMÉN!
0 comentarios