¡Acepta a tus hijos tal y como son!
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Fuente: Flickr Hive Mind |
Hace muuuuucho muuuuuuucho tiempo
una pequeña Luz le dijo a su mamá que quería ser gótica. Tenía 13 años. Di mis
argumentos y luego de varias preguntas de mi mamá me dijo: ok, está bien. Debo
decirles que su respuesta me desconcertó.
Mi mamá era de “gustos
tropicales” - por así decirlo. Super
femenina, ropa de colores llamativos, fan del Puma Rodriguez, Camilo Sesto,
Laura Paussini. Asidua seguidora de Ritmo Romántica. Ella era ese tipo de
mujeres que si te olvidas San Valentín, te hace la ley de hielo. Y en el otro
lado de la moneda, estaba yo.
Por eso, pensé que su respuesta
era un arma de doble filo. Me asustó un poco. ¿Acaso ese era su intención? No.
Pero la respuesta la conseguiría luego de muchos años.
Mamá, quiero maquillarme así.
Vamos, hijita. Mamá quiero buscar mi esmalte negro. Vamos, hijita. Mamá, quiero
ir a ver a Lacrimosa. Vamos, hijita. Mamá, voy a salir con Vampirito 1. Cuídate
mucho, hijita.
Siempre me apoyo en todo. Era
impresionante la manera de aceptación de mi dulce madre. Y en todo esto mi papá
también estaba de acuerdo. Incluso me acuerdo que fue a buscar mis boletos para
un concierto en Galerias Brasil y se hizo amigos de “los góticos”.
Hoy a mis 28 años, entiendo lo
que hicieron mis papás, en especial mi mamá. Me aceptó tal y como era. Con mis
gustos, mi personalidad y estilo de vida. Y eso, hizo que le tuviera una
confianza absoluta. Le contaba de todo sin miedo y sin tapujos. Al aceptarme
tal y como era mi mamá rompió cualquier pared que pudo haberse atravesado.
Lejos de estar escondiéndole cómo me sentía y que es lo que quería, mi mamá me
dio seguridad al aceptarme. Me abrió las puertas de su corazón. A pesar que
muchas personas se burlaban de mí. Nunca me sentí sola gracias a ella.
Así se volvió mi mejor amiga a
pesar que éramos el agua y el aceite. Y así - con esta gran lección que me dio
- trato de inculcar esa confianza en mis hijos.
He descubierto que Mateo y Eli no
son mis “minis”. Ellos son quienes son. Pequeñas personas como cualquier otra
esperando ser aceptadas por quienes más los aman: sus padres (#PapáCaco y yo). Ahora
sé que sea cual sea sus gustos, mi misión es y será estar apoyándolos y
guiándolos, tal cual hizo mi mamá.
¡Gracias, mamá!
2 comentarios
Me encanta como los padres aceptan a sus hijos sin ningun reproche en mi caso era mi papá adonde iba el me decía siempre con cuidado? Si iba a un concierto de rock me recogía a la salida o esperaba que llegara siempre puntual , me encantó el post muy bueno! PD. Yo conpraba mis entradas en las galerías de Brasil o en Quilca
ResponderEliminarLinda historia y una lección a todas las mamitas.
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