El derecho olvidado
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En este país NO existe el asiento
reservado o preferencial. Es una ley olvidada que trata de dar “preferencia” a
ancianos, madres con niños pequeños, discapacitados y embarazadas. El ingenio peruano lo
hizo una lámina que se pega en TODOS lados, sobre todo en el transporte
público. Pero NADIE la respeta.
En estas últimas semanas por
cosas de la vida tuve que usar el trasporte público con una barriga bastante
NOTORIA. Ya no estoy en la etapa en que la gente pensaba que estaba gorda.
Ahora estoy gorda y embarazada. Pueden verme a kilómetros que estoy embarazada.
Cuando subía al carro qué creen
que pasaba:
a. Todos
se hacían los dormidos.
b. Todos
miraban en diferentes direcciones.
c. Alguna
persona, si es que la hay, se levantaba del ASIENTO RESERVADO con toda la pena
del mundo.
d. Me
preguntaban si estaba embarazada.
e. Todas
las anteriores.
Si han marcado la opción E, tomen
una estrellita. Solo me basto unas semanas para decidir que no puedo ir con una
panza de casi 7 meses sin carro particular.
¿Pero qué sucede con las personas
que no tienen carro? ¿Qué pasa con las personas que no tienen para un taxi?
¿Qué pasa si el trasporte público es mi única opción? ¿Qué pasa en los bancos, en
los supermercados, en cualquier otro establecimiento?
Muchos me dicen que tome taxi
seguro. Creo que para ese caso me quedaría en casa pues todo mi sueldo se iría
en trasporte. Muchos me dicen que use el preferencial en bancos, supermercados
y establecimientos. Creo que para eso hago fila común y silvestre porque
resulta que ahora solo hay una fila de preferencial y es como hacer cualquier
cola.
Es una ley olvidada, totalmente
olvidada. En los países que he estado no había esas clases de leyes pues lo más
lógico es ceder el asiento a alguien que lo necesite. Es así de simple. Sin
leyes, solo usando un poco la cabeza.
Según este derecho:
La Ley de la Persona con Discapacidad, N° 29973, y la Ley de Atención Preferente, N° 28683, establecen la atención
preferencial que se debe dar en lugares de servicio público a personas con
discapacidad, mujeres embarazadas o con niños pequeños en brazos, y a adultos
mayores (de 60 o más años de edad). En el caso del servicio de transporte, los
conductores y cobradores están obligados a hacer respetar este derecho. Si los
asientos reservados ya están ocupados, es nuestro deber cívico ceder uno a
quien lo necesite.
Espero que algún día esto cambie.
Besos,
Mamá Luz
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