Cierra la puerta
9:14
Hay momentos en mi vida donde
simplemente quiero cerrar la puerta. Con ventana y persianas incluidas.
Quiero ponerme el pijama más
antisexy de la historia, hacerme un moño tipo Wendy de Pataclaun. Chapar dos
almohadas y meterme al “sobre” por lo último que me queda de vida.
Hay veces que despertarme para ir
a trabajar se me vuelve una mentada de madre. No quiero trabajar pero sí quiero
plata. No quiero trabajar porque hasta ponerme la babucha me cuesta. A veces
veo las noticias buscando alguna que me diga que Gozilla atacó la avenida por
donde voy a pasar y por lo tanto no tendré que salir de casa.
Quisiera tener un montón de ropa
de un solo color para ahorrarme la “pensadera” del típico “¿qué me pongo?”.
Quisiera olvidarme que existe un código de vestimenta donde las zapatillas no
son aceptadas.
Quiero un día donde lo único que
tenga que hacer es ir al baño a hacer pila, morder un pan, tomar un vaso con
agua y a la cama otra vez.
Sí, sueno recontra
floja/holgazana/perdedora/quejica pero esto de la maternidad cuesta, hijo. Al
igual que la vida de casados, la vida laboral, etc. Esto de ser grande y con
hijos pasa FACTURA. No todo es lindo, dulce, tierno, y con pajaritos. No
siempre te da ganas de sonreír o ponerle buena cara a todos. Suertudos quienes
puedan hacerlo. #nolosenvidio
A veces quiero cerrar la puerta,
luego vienes, me abres el ojos y me dices: MAMÁ, ES DE DÍA. Y quiera o no, se
me pasa.
Te ama,
Mamá Luz
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