Mamá, eres mala
9:06
Me acuerdo cuando estaba en mi
taller general de inglés, tuvimos que traducir un artículo sobre maternidad y
al término de la clase siempre comentábamos lo más resaltante o alguien se
animaba a contar una historia referente al artículo y por ahí salió una compañera
diciendo que ella jamás le había dicho a su mamá que era mala o peor aún nunca
se le habría cruzado por la mente decirle “te odio”. Todas nos quedamos
calladas.
Sé que esa compañera no mentía
pero yo no sabía si ponerle una velita o irme, encerrarme y darme de latigazos.
Es que yo sí le dije a mi mamá que era mala y una vez porque no me dejo salir
le dije: te odio, me haces la vida
imposible. Todo ciertamente de la lengua para afuera porque ve a saber tú
qué diablos le pasa por la mente a una adolescente.
Pero dejando la adolescencia de
lado, me acuerdo haberle dicho a mi mamá varias veces de niña: mi mamá es mala.
Y por las cosas más simples como: no me compró un helado, no me dejo embarrarme
de tempera o me apagó la televisión.
Mamá, eres mala, le decía una y otra vez para buscar mi objetivo
que era hacer lo que yo quería.
Hasta que muuuuucho tiempo
después, tú, mi pequeño honguito me dijiste: mamá, eres mala. Mi primer
pensamiento fue: ¿Quién demonios te ha
enseñado esa frase? Mi segundo pensamiento fue: auch, auch, sóbate, Luz, sóbate. Me fui al baño y lloré.
Ya, puede que esté exagerando
pero me dolió. Nadie espera que tu niño de casi tres te diga que eres mala
-malísima por no dejarlo ver un capítulo más de cachorritos en acción. ¿Así es cómo te dolió, mamá? ¿Tú también
lloraste cuando te dije que eres mala? Ahora te entiendo, gordita.
Volví del baño y seguías con
puchero. Me quise acercar y no quisiste que te abrace. Me sentí un poco
desorientada. Es algo muy loco que un pequeño te desequilibre en cuestión de
segundos. ¿Estaré haciendo mal o estaré haciendo bien? ¿Estaré siendo justa?
¿Lo dejo ver un capítulo más? No, Luz
mantente firme, pon la cara más firme que tengas (me salió algo así como si
tuviera estreñimiento). Seguías “molesto” y yo ya estaba a punto de dar mi
brazo a torcer cuando vi que me mirabas de reojo y sonreías. Ajá. Comprendí,
entonces, que me dijiste mala porque para ti es lo más parecido a injusticia y
querías hacerme notar que estabas inconforme con mi decisión.
Luego de esos momentos “tensos”,
me eche contigo y me abrazaste. Te dije que te amaba y tú me dijiste yo más, mamá. Te expliqué por qué te
había apagado la televisión y te quedaste dormido.
Si bien la frase dolió, sé que
también eres un ser humano y te frustras y dices cosas que no sientes. Como
todos lo hemos hecho alguna vez en nuestra vida. Ahora me sigo manteniendo
firme en las decisiones pero sin cara de constipación o algo parecido,
ja,ja,ja.
Besos,
Mamá Luz
0 comentarios