El primer “castigo”
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No sé cómo llamarlo. La palabra
castigo me suena muy fuerte pero así se le conoce a la consecuencia de un
determinado comportamiento que no está bien.
El tema es un tanto polémico. ¿Cuándo se debe castigar? ¿Cómo debo hacerlo?
¿Podré hacer entender a mi hijo tan pequeño sobre su comportamiento? Tantas
dudas en la mente de esta madre primeriza. Esta primera experiencia me dejo
mucho por descubrir y aprender.
Llegábamos de trabajar. Estabas
dando brincos por toda la casa. Tus tíos no estaban TAN contentos como otras
veces. Inmediatamente supe que algo pasaba. El tío Nico fue quien se atrevió a
decirme que hoy no te habías comportado tan bien como otros días. Ya habíamos
conversado sobre ciertos comportamientos “desafiantes” que mostrabas. Pero lo
que sí me molestó era que le había tirado la comida a tu niñera en la hora de
la cena y la habías llamado tonta.
Sonreíste. Nadie más lo hizo.
Me agaché y te dije: Mateo, no está bien que le hagas eso a Anny,
y tampoco está bien que la llames tonta. Estás castigado, hoy no verás Toy
Story.
Todos me miraban sorprendidos.
Papá tenía los ojos como huevos y me decía con la mirada: ¿Es en serio? A la que yo reafirme con un silencioso SÍ.
Nadie me refutó, tampoco estaba
esperando apoyo o desaprobación. Lo hice porque lo creí indicado y por suerte
Papá Caco me apoyó.
Llegamos a casa, te lavamos y
pusimos el pijama.
Mamá ponme Toy Story – me dijiste con una vocecita tierna. Mate, ya te he dicho que hoy no verás Toy
Story porque le tiraste la comida a Anny y la llamaste tonta. Eso no está bien –
refuté. Mamá, por favor – seguías
diciendo en un tono triste. Papá Caco salió huyendo. A mí el corazón me latía
muy fuerte y quería dar mi brazo a torcer pero me mantuve fuerte. Mamá, lo siento – mencionaste bajito. Me
acerqué a ti y te dije: Amor, sabes que
no debes comportarte así, todos merecemos respeto, sé que lo sientes pero
tienes que cumplir tu castigo.
Insististe de rato en rato hasta
que ya era momento de dormir. Al día siguiente y hasta hoy no has vuelto a
repetir ese comportamiento.
Conclusiones:
-
El castigo debe ser mi último recurso. El
castigo pierde su “efecto” si lo repetimos y no enseñamos nada.
-
El castigo debe ir relacionado directamente a la
acción y no al niño.
-
Usar el castigo combinado con técnicas positivas
(reforzar conductas positivas).
-
No usar amenazas.
-
Evitar aplicar un castigo con gritos porque esto
indica que nuestro comportamiento es vengativo.
Luego que paso el castigo te
expliqué sobre el respeto y cariño hacia lo demás. Aún tengo tanto que aprender
en este mundo de padres.
Besos,
Mamá Luz
3 comentarios
Siempre es complicado castigar a nuestros hijos, nos ponen caritas, nos dicen que no lo van a volver a hacer y muchas veces estamos a punto de caer en esos tiernos ojitos lindos.
ResponderEliminarPero si queremos enseñar valores y respeto a nuestros hijos mantengámonos firmes y cuando sea necesario apliquemos normas correctivas ya que a la larga nos lo agradecerán.
http://www.aquaoasis.com.pe/
Que genial la forma en como manejaste la situacion, a veces sus pequeñas voces nos quieren convencer, pero nosotras debemos ser fuertes, felicidades!
ResponderEliminarMi hijo tambien se llama Mateo y estoy luchando con el tema de la disciplina.
ResponderEliminarMucho depende de la edad y gustos de los chicos para darles castigos que realmente los hagan reflexionar.
Me encanto tu post!
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