Así fue, así será
9:33
Hace unos días estaba parada
esperando y renegando en la cola
de una empresa de telefonía después de un día de perros, cuando no pude dejar
de escuchar que una jovencita de unos apenas 15 años “mandoneaba” a su mamá.
Mientras que yo cruzaba todos mis dedos (de las manos y de los pies) para que
dicha empresa me aceptara una renovación, a la niñita la premiaban con un
celular de última gama y comencé a renegar. A
una niña tan marraja, no le compraría nada – pensé.
Y analizando mejor la cosa, no me
había molestado con la niña en sí sino me había puesto en la situación de la
madre y me entró la pena por la mía. Y es que, hijo mío, nada más dar a luz una
se vuelve el triple de llorona en lo que al sentimiento se refiere. Me puse en
los zapatos de esa mamá y a la vez me sentí tan idiota pensando que yo fui como
esa niña, mandona y demandante.
Me acordé de cuando le hice la
bronca porque no encontré EL polo
negro de mi grupo favorito o cuando le
decía que estaba “estudiando” pero me iba al hueco con mis amigas. Sin decirte
los tú a tú que tuve con ella. Y como olvidar los famosos: Mamá, tú no me entiendes. Ahhhh la adolescencia. Me entró la pena
vagabunda y el miedo oculto. Creo que el peor miedo de una madre es que no
quieres que tus hijos hagan las “cosas” que hiciste de adolescente. Ahí está
pues el dichoso lema: la vaca no se
acuerda cuando fue ternero. #chupateesa
Y los que me conocen saben que el
demonio de Tasmania tiene más paciencia que yo. No sé qué haría en esa
situación pues ahora viéndote tan mío, tan pequeño, quisiera gritar: No crezcas por favor.
Aun no pasa, pero pasará. Habrá
un momento que me dirás: Mamá, tú no me
entiendes. Habrá un momento en que no llores porque se te rompió el
carrito, sino llorarás porque alguien habrá roto tu corazón. Habrá alguna
situación en la que piense que estás estudiando, pero seguro ya te fuiste con
tus “patas”. Y una requetefila de etcéteras. Suspiros everywhere.
Por el momento disfruto de que
vengas corriendo a mí cada vez que te haces una “yaya” y con un besito
solucione todo. Espero que en estos años el tiempo me dé sabiduría y paciencia
porque si no ¡uy agárrense pueblo peruano! Jajaja.
Besos,
Mamá Luz
0 comentarios