Y se llama Perú
11:14
Tú
naciste aquí. Papá nació aquí. Mamá nació aquí. Nuestra
familia está aquí.
Siempre
soñé en viajar, pero jamás estabilizarme en una nación que no sea
la nuestra. ¿Por qué? Todo lo que amo se encuentra aquí. Pero va
más allá de eso.
Cuando
viví en el extranjero me preguntaban frecuentemente de dónde era.
Al pronunciar PERÚ, me miraban con cara de desconcierto. ¿Es una
provincia de la India? ¿Eso está en Europa? ¿Por qué eres blanca?
Hablas inglés y tiene todos los dientes, ¿en serio eres peruana?
Fueron las retorcidas preguntas que me hacían. Y la ignorancia es
atrevida, amor. Pero no los culpo. Nos hemos hecho de esa fama – la
de andar en traje típico y de movilizarnos en llamas porque lo único
que sabemos nombrar es que tenemos al maravilloso Machu Picchu.
Hablamos del ceviche, de las playas, del surf, pero jamás nombramos
la latente inseguridad que cada día se acrecienta más; tampoco
hablamos de fútbol, tampoco les mencionamos de la pobreza extrema,
no nombramos a la gente – lo que mueve a una nación.
Sentimos
vergüenza ser peruanos la mayoría del tiempo. No queremos hablar de
las cosas importantes porque aunque en los titulares dicen que somos
uno de los países (por estos tiempos) con mejor estabilidad
económica, la realidad es que nadie se la cree.
Pero
yo te hablo con todo el amor y verdad del mundo. ERES PERUANO.
Nuestro idioma oficial es el español pero debería ser el quechua.
Todos tenemos de inga y de mandiga. Somos cholos todos y no
necesitamos usar chullo. Tenemos centralizado todo en Lima cuando
otros departamentos gritan por ser atendidos. La criminalidad crece.
No tenemos selección del fútbol. Machu Picchu no es la única
maravilla que tenemos en el Perú. Nuestra gastronomía es bendita
pero no vivimos de ella. Pocos saben usar tachos de basura – solo
debemos pasar por las calles y comprobar que el peruano tiene mano
con hueco. Paramos con el ceño fruncido del cansancio o de la pena.
La educación es pobre en su mayoría. Ni te cuento sobre el servicio
de salud. Ambulantes. Ruido. Tráfico. Contaminación. Podría seguir
enumerando tanto.
Ahora
te estarás preguntando: ¿mamá, entonces que estás esperando?
Coge las maletas y vámonos.
Pues
te cuento, que he descubierto que es lo que me tienen clavada en este
país. Porque todas las mañana que me levanto, me voy a la cocina y
escucho al panadero. Ese sonido tan madrugador me hace sentir
esperanzas. Porque ese hombre ha tenido que levantarse a las 4 de la
mañana para ganarse los frijoles y no recurrir al robo ni al asalto.
Porque cuando me estoy yendo de casa, veo a una madre acompañar a su
hijo al bus para mandarlo al colegio y que él tenga mejores
oportunidades. Porque veo a una mujer embarazada acariciar su
barriga. Porque una mamá de cuatro hijos, encuentra la manera de ser
profesional y mamá al mismo tiempo. Porque papá y yo nos damos un
beso y pensamos en las cosas que podemos cambiar y mejorar para hacer
de ti un humano feliz. Estas pequeñas cosas, estas personas son las
que me hacen tener esperanza porque no podemos resumirnos en una
chica morada ni en un paisaje. Somos peruanos, y me siento muy
orgullosa y feliz de ser parte de esas personas que quieren lo mejor
para su nación. Con trabajo duro y parejo.
Sé
que desde mi sitio dejo mi pequeña huella para mi país trabajando
honradamente, y pensando en las miles de posibilidades de ser mejor
profesional. Nuestro Perú es eso y más mientras existan almas
positivas y buenas que lo deseen cambiar para mejor.
Quiero
que aprendas a amar a tu país como yo lo amo. Y que trabajes por él
para verlo grande y feliz. Sé que cultivando generaciones
involucradas y de buen corazón, seremos merecedores de legado que
dejaron nuestros antepasados.
Felices
fiesta patrias, hijo mío.
Besos,
Mamá
Luz
1 comentarios
Creo que hay lo bueno y lo malo en cada pais no importa si es Peru o China o los EEUU. Lo mas importante es que escojemos ver lo bueno y ser optimistas. Me encanta tu blog.
ResponderEliminar