El trabajo correcto
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De niña siempre decía que sería
abogada (ja), luego quise ser ingeniera química (ja), después investigadora de
enfermedades raras (doble ja), y en los últimos años de la secundaria estaba
debatiendo entre el periodismo y la traducción, pero el amor a los idiomas les
ganó a todos. Me quedé con la traducción.
Estudié con mucho ahínco y
dedicación, me enamoré de mi carrera y poco a poco llegué al gran pero a la vez
pequeño mercado laboral para un mediador lingüístico. Tiene sus desventajas, la
gente no sabe lo que hago, y por mucho tiempo pensé que me había equivocado. Me
cansé de pelear con las personas que me preguntaban cuántos idiomas dominaba y
me hacían preguntas ridículas para que repita palabras.
Me fui por otros campos, no puedo
estar quieta y creo que inconscientemente quise tapar esa ansiedad de no ser
reconocida plenamente como traductora. Pero hace poco mientras leía un libro, tuve
una revelación. Me di cuenta que a pesar que me he desenvuelto en muchas áreas
y estar prácticamente traduciendo todo el día, siento que no encajo del todo.
Pensarás mientras lees esto: “mamá, ¿por qué recién ahora?” y yo te
responderé: “no sabía que en lo que mejor encajo es en ser mamá”.
No me malinterpretes, me gusta
traducir, me gusta conocer nuevas cosas y siempre investigar pero en donde me
siento un pez en el agua con todo errores y miedo es en ser mamá. Por más
profesional que me quiera sentir y muchas veces cansada de todo, es el trabajo
correcto para mí.
Y es del trabajo que jamás podré
jubilarme, el trabajo que tengo tanto de día como de noche, el trabajo mejor
pagado del mundo porque tengo besos y abrazos en cantidad y por si fuera poco
tengo otra oportunidad de repetir el plato. Por más contradictorio que resulté,
es un trabajo hermoso, lleno de idas y vueltas, de sube y bajas pero al cual no
podría renunciar y del que siempre saco una satisfacción.
Por fin tengo el trabajo
correcto.
Besos,
Mamá Luz
1 comentarios
Yo pensaba que tras ser mamá, iba a encontrar el equilibrio perfecto entre la maternidad y el trabajo. Y que seguramente, el trabajo (la profesión que tanto me gustaba y a la que con tanta pasión me dedicaba) me iba a dar un respiro a mi labor de mamá. Estaba muy equivocada. No hay nada que me haga tan feliz y me llene tanto como estar con mi niño. Ser mamá el el mejor trabajo. Como tú lo dices, el trabajo correcto.
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