Un día más...
14:20
Este no es un post de queja, ni
de derrota menos de reclamo. Solo quiero que lo tengas presente para que al
leerlo no te sientas mal o pienses que es tu culpa ¿sí?
Bueno, hace algunas semanas estoy
más agotada que nunca. Estoy cansada todo el tiempo y solo quisiera estar
echadita en mi cama 24/7, es decir, todo el día. Obviamente no puedo, es
imposible. Tengo que trabajar, cuidarte, limpiar, cocinar, cumplir con mis obligaciones
blogueriles (¿?) Sé que no soy ni seré la última mamá cansada y con estrés
sobre la tierra. Pero ¿qué hago con mi malestar y mi decaimiento? No puedo
ignorarlo, no puedo saltar como un rayito de sol fingiendo que todo está bien,
cuando mi cuerpo y mi alma me dicen: Ño,ño,ño,
tú tas mal, chica (con voz cubana)
Todo lo hago corriendo, apurada y
hay días que ni tiempo de desayunar tengo. Encima llegar a casa a las 9pm para
alistar todo, y cuidarte (poco tiempo para estar contigo), acostarme tarde y
levantarme temprano para un nuevo y "emocionante" día. Hay momentos
que quisiera salir corriendo y gritar cual loca en la calle (¿alguien dijo Shakira?). No es por ti, ni
por papá, ni por ningún otro terrícola, es por la responsabilidad del día a
día. Tengo un trabajo bastante demandante, y el poco tiempo extra que tengo es
para ustedes y mi blog. A veces me siento en mi oficina mirando el vacío y me
pregunto: ¿cómo llegué aquí? ¿a dónde se fueron mis sueños de ser una
traductora feliz? ¿a dónde se fueron todos mis proyectos? ¿a dónde se fue Luz?
No duran muchos mis reflexiones porque tengo harto trabajo y tengo que
acomodarme y organizarme bien si es que quiero terminar el día sin pendientes.
A veces ni me reconozco, y no es
por la maternidad, ese lado si me gusta, sino hablo por mi vida profesional,
por mi vida como mujer. Lo peor es que no puedo enfermarme; en estos tiempos es
un lujo. Antes me solía decir: tengo tanta suerte de tener trabajo y ahora…
estoy muda. Mis mayores motivaciones profesionales no las encuentro, tal vez estén suspendidas en
el aire. No sé ni de dónde vengo menos a dónde voy. Me he visto persiguiendo mi
propia cola por semanas y solo quiero que alguien apague la luz y me diga: Luz,
duerme hasta quincena de diciembre (la grati pues!)
Muchas mujeres se pueden estar
sintiendo así y en parte me reconforta saber que no estoy tan sola en esta soledad y que
a pesar que tengo que continuar con esto (seamos honestos una entrada
más ayuda mucho en el hogar) sé que saldré airosa. Sé que las cosas buenas que
me pasarán serán porque mi mamá me escuchó y que todo lo bueno y tangible de la
tierra están en tus manos, hijo, o mejor dicho en tus abrazos y sonrisas.
No soy “supermana” y tengo que ceder algunas cosas, pero no sé ni el cómo ni el cuando. Gracias a Dios también
tengo esta pequeña casa virtual donde puedo “desahogarme” y contarte que mi
vida no ha sido fácil pero que sí se puede seguir adelante, y que definitivamente el tesoro al
final del arcoíris sí existe para mí y se llama Mateo.
Te ama,
Mamá
3 comentarios
animo!! las cosas no pueden andar mal para siempre....
ResponderEliminarLuz, son gajes del oficio! para adelante!!! nadie dijo que sería fácil!!! tu mejor recompensa es Mateo, te mando muchas energías positivas! besos!
ResponderEliminarTodo pasa, y esto... también pasará...
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