Roches de mamá
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No es que sea descoordinada pero
me he caído varias veces, se me ha roto el pantalón, se me ha manchado el pantalón,
una paloma hizo su “gracia” en mi cabeza… y etc. Siempre me he recuperado con
elegancia y delicadeza (o eso creo) jajajaja,
pero hijo los “roches” que a veces me haces pasar o suceden sin pensarlo, me
dejan la cara roja y no sé qué decir. Después de superados, me río y es el
blanco de chistes de tu papá.
Aquí un recuento de algunos
momentos no-Kodak para tu deleite:
1.- Grito en el restaurante.- Estábamos
en un conocido restaurante comiendo de lo más rico. Ese día el lugar estaba a
full, todas las mesas llenas. En eso comienzo a sentir un olorcito proveniente
de ti y le digo a tu papá: Amor, iré a
cambiarlo. Y tú comenzaste a decir: ¡CACAAAAA!
¡CACAAAAAA! Quise por un microsegundo morir. Las otras mesas voltearon y se
rieron al ver que lo decía un bebé peladin.
2.- La cachetada.- Vinieron de
visita a la casa de la abuelita unas tías. Todas estaban felices de verte y
jugar contigo. Me preguntaron cómo te portabas; les dije que eras un niño bueno
y aprendías muy rápido. Me abrazaste y todos dijeron: ¡oh, como quiere a su
mamá! Y de pronto me mandaste una sonora y dolorosa cachetada sin más ni menos.
Reí de nervios y hubo un silencio, te corregí y luego todos estallaron en risa.
3.- La tortuga asesina.- estábamos
jugando y a la vez estaba arreglando el pantalón de papá. Levanté mi cabeza para
mirarte y lo próximo que vi fueron estrellitas y fondo negro (ya sé como se
siente el Coyote). Retrocedamos, lo que realmente paso fue que cuando levante
mi cabeza, tú me tiraste directamente hacia la cara tu tortuga de plástico. Fue
un golpe tan duro que grité. Papi vino corriendo y te cargo pues con el grito
te asustaste. Me miró y me dijo: creo que
te ha roto la nariz y yo: no, no
puede ser. Me volvió a confirmar y yo no podía creerlo. Me tocó la nariz y
me dijo: sientes este pequeña desviación
y yo le dije con cara de pocos amigos: ASÍ
ES MI NARIZ, PAYASO.
4.- El zapato loco.- Ensayaba
para un concurso de navidad. Sí, sí me gusta también hacer roches premeditados.
Entonces te puse en tu coche para que me veas bailar. Comenzó a sonar una
canción de Michael Jackson y doy una de sus famosas patadas y mi zapato salió
volando jajajajaja. Te gustó y comenzaste a reír, me pediste que lo hiciera
otra vez y así fue; a la cuarta vez el zapato le dio al teléfono y sonó el
altavoz y ese horrible sonido te hizo llorar. No te calmabas con nada y me sentí
muy avergonzada y apenada.
5.- Cuidado con el vestido.- Me
estaba alistando para ir a conversar con mi jefe sobre mi situación laboral. Me
puse un vestido de jean porque es bastante práctico para darte de lactar,
además está muy buooonita (al estilo “el Puma”). Me lo puse y le dije a papá: ¿Qué tal me veo? Y él me dijo: muy linda, amor y sin darme cuenta el
vestido explotó jajajaja - se abrieron todos los broches de la parte del frente.
PLOP, mis mellizas estaban tan grandes que ese vestido ya no me entraba bien e
hicieron que los broches se abran a la velocidad de la luz. Tuve que cambiarme
inmediatamente. Este roche no fue tu culpa pero sí es un añadido de la
lactancia jajaja.
Cuantos más pasaré, no lo sé,
pero lo importante de todos estos momentos es que aprendamos a reírnos de
nosotros mismos y corregir los errores.
Besos,
Mamá tontuela
1 comentarios
de todo pasamos con nuestros pequeños, dimelo a mi que mi hijo lloro desesperadamente cuando estabamos viendo la peli ASU MARE en el cine jaja me tuve que salir de la sale por el roche jaja
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