Detrás de toda gran madre, hay un gran padre
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Si bien este blog se trata de mí y
mis vivencias como mujer y sobre todo como tu linda madrecita jajaja, también dentro
de este nuevo mundo hay un personaje muy activo quien hace de tus días los más
felices.
Se trata de tu papá o de los
papás que muchas veces pasan a un segundo plano cuando nos convertimos en madres.
Obviamente el primer instinto ahora es protegerte, cuidarte, mimarte; un mundo
alrededor tuyo. Pero ¿qué pasa con papá? Bueno, usualmente los papás esperan
pacientes (o tal vez no) que los miremos o que tal vez les demos un detalle, un
beso, un abrazo. Supongo que para ellos este mundo también es nuevo, y conociéndolos
deben estar asustados hasta la médula. Creo que así tengan 20 hijos, la
experiencia es diferente. Ninguna situación es parecida cuando de hijos se
trata.
La mujer lleva un bebé por 9
meses sintiendo sus patadas, su hipo, sus movimientos, en este transcurso pasa
por cambios hormonales, dolores, operaciones. Durante todo este tiempo, el papá
apoya a mamá pero definitivamente no siente lo que nosotras logramos sentir. No
por ello dejan de preocuparse, pues lo desconocido es lo que da más miedo.
Por su lado, el papá es dibujado
como el hombre fuerte, calmado, responsable pues la sociedad lo sigue viendo
como el sostén de la familia; si falta algo en casa no es culpa de mamá sino de
papá, si no hay para los pañales, papá se lleva las peores miradas, incluso si
hay un divorcio lo primero que piensan es: segurito
el marido le saco la vuelta. La realidad, hijito, es otra. Papá cumple también
otro rol diferente en casa; de que da seguridad, es muy cierto pero también es
quien apoya y “aguanta” los mejores y peores momentos de su pareja esté o no
embarazada. Y eso señores, es bastante. Pues hay que ser claras, a veces
estamos medias chifladas con los cambios hormonales.
En nuestro caso, papá Maki es
aquel hombre que se quedó parado afuera de la sala de partos pues no lo dejaron
entrar (un señor se desmayó antes entonces la doctora ya no quiso más papás);
esas horas fueron interminables, nadie le daba razón y él no quería escuchar
otra cosa que no sea que tú y yo estábamos bien. Papá es aquel hombre que al
ver por primera vez a su bebé sintió el amor perforando su corazón y la pena
inmensa de no verme, se sintió entre la espada y la pared pero sabía lo que yo
hubiese querido y te siguió a ti. Papá es aquel hombre que me ayudó a dar mis
primeros pasos luego de operada y es quien te enseñó a dar los tuyos. Papá es
aquel hombre que se despierta junto conmigo para cambiarte, darte tu biberón,
calmarte si tienes una pesadilla. Papá es aquel que se queda hasta muy tarde cuidándote
porque piensas que a las 12am es una buena hora para jugar.
Papá, papá, papá. No sé qué haría
sin el mío tampoco. Tu abuelo es loco, pero lo amo. Y sé que tú tampoco sabrías
qué hacer sin tu viejo. Tu papá es “especial”, pero lo amas. Por eso
mamitas hay que darnos un tiempito con el señor que está un poco desplazado y
darle un buen beso y un fuerte abrazo y decirle: gracias por tomar este camino
juntos. Tal vez con una mirada les cambiemos su día.
Te amo Maki.
Te amo Teo.
Besos,
Mamá
1 comentarios
si mi querida Luz a veces dejamos de lado un poco al papa por estar al pendiente 100% de los hijos, pero como dices tu siempre hay que darnos un tiempo para el tambien, se lo merece ;)
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