Reflexión
16:13
Es tan difícil ser mamá y mujer…
De por sí somos un manojo de hormonas muy
sensibles, y cuando nos convertimos en mamás, las susodichas hormonas nos
juegan una mala pasada. Me gustan ambas; me gusta ser mamá, me gusta ser mujer
pero es tan complejo. ¿Por
queeeeeeeeeeeeeé?
Un momento quieres todo y en otro nada, pero
por los hijos uno saca el todo de la nada. Amo tu alegría, tu entusiasmo, tu
sonrisa, la forma cómplice de nuestra relación madre-hijo pero cansa mucho y a
veces siento que no nací para esto.
A veces siento que no me levantaré y que si
solo tuviera un deseo sería que solo la noche dure 24 horas. A veces siento que
explotaré y que gritar no basta porque se vuelve un grito sordo y nadie me
escucha. A veces siento que no puedo suspirar con facilidad y que el comer
sentada 15 minutos es como ganarse la medalla de oro. A veces me olvido de que
soy una persona y que te convierto en una extensión mía. A veces me levanto a
la mitad de la noche y veo mi reloj y todavía son las 3 de la madruga, se
siente como si a los pies de mi caja hay una enorme caja con esmaltes OPI de
todos los colores. A veces quisiera ser como era antes, tener un poco de
libertad, comer, dormir y hacer lo que quiera cuando quiera. A veces quisiera
reventar toda mi tarjeta de crédito sin arrepentimientos. A veces quisiera
rascarme la barriga tirada en mi cama en pijama viendo Sex and The City la
película por 285782va vez. A VECES Y A VECES.
Digo a veces porque la mayor parte del tiempo
es tu felicidad todo lo que quiero. No importa si me levanto temprano, si como
parada, si no puedo comprarme ese saco, si te cargo hasta cuando voy al baño,
no importa nada mientras me sigas regalando sonrisas, me sigas enseñando que
los pequeños pero felices momentos son los que perduran. Simple. Al final del
día mido todo en mi balanza mental y realmente esos a veces solo son eso y no
mi mayoría.
Te amo bebé
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